Crónicas del Zinemaldia: La familia es lo más importante

Crónicas del Zinemaldia: La familia es lo más importante

Llegamos al ecuador de esta septuagésima tercera edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián hablando de un tema importantísimo: la familia. El festival siempre cuenta con varios temas recurrentes que se repiten en varias de las pelis más importantes. Este año no podía ser otro que la familia y las relaciones que se establecen dentro de ella, y directores y directoras como Alauda Ruiz de Azúa, Isaki Lacuesta o Alice Winocour se han encargado de tratarlo en sus nuevas obras. ¡Comenzamos a desarrollarlo ya mismo!

La Grazia, de Paolo Sorrentino

Sorrentino ha cogido el ritmo tras estar un par de años desaparecido de nuestras pantallas. El año pasado ya tuvo a su Parthenope en La Concha, y esta edición vuelve con una historia que, además de hablar de su querida Italia, también habla de la familia y el poder. La Grazia es una película con la que reconciliarse con el director italiano. Volvemos a ver a ese Sorrentino que tanto nos gusta, el Paolo más socarrón y divertido sin perder esa reflexión sobre la sociedad italiana que retrata en sus películas. Esta nueva obra, protagonizada por un ficticio presidente del gobierno que debe gestionar sus últimas semanas en el cargo a la vez que sus problemas familiares y personales, nos recuerda al mejor Sorrentino de todos. Nos plantea una serie de dilemas morales a la par que nos hace reír a lo largo del metraje, para finiquitar la historia en uno de los finales más emocionantes que veremos en este festival. Bravo, Paolo. 

Urchin, de Harris Dickinson

Nos alejamos un poco de la sección oficial del festival para meternos en Zabaltegui Tabakalera, la sección más única dedicada a obras salidas de la norma. Y si algo podemos decir de la ópera prima de Harris Dickinson es que, efectivamente, se sale de la norma. Urchin, el debút en la dirección del actor de cintas como El triángulo de la tristeza o Babygirl, es una película valiente sin ningún tipo de miedo a resultar confusa en su metraje. La cinta, que cuenta las desventuras de un joven criminal que intenta rehacer su vida, cuenta con un guion potente, aunque a veces anclado en clichés. Eso no hace que no termine siendo una película entretenida incluso con sus peculiaridades. Claramente, podemos esperar grandes cosas de Dickinson después de este potente primer film.

Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa

A Alauda Ruiz de Azúa no le hace falta demostrarnos que es una de las mejores directoras de este país. Su ópera prima (Cinco lobitos) y su Querer que estrenó el año pasado ya la avalan sin problema. Aun así, puede que nunca hayamos visto una obra tan compleja dentro de su filmografía como Los domingos. La historia sobre una adolescente que quiere ingresar en una orden religiosa y los efectos que tiene esto en la familia (una vez más, la familia) puede resultar controvertida en alguna que otra pincelada. Sin embargo, puede que estemos ante la mejor película de Alauda, con un guion que consigue estabilizarse entre el drama y la comedia a la vez que plantea conflictos extraordinarios para los personajes, sobre todo para el personaje que interpreta una increíble (una vez más) Patricia López Arnaiz. ¿Podríamos estar ante la primera Concha de Oro de Alauda?

El extranjero, de François Ozon

François Ozon es uno de los clásicos de San Sebastián. Todas sus últimas obras pasaron por el festival en diferentes secciones: Cuando cae el otoño ganó dos premios el año pasado en el festival, mientras que Peter von Kant estuvo en la sección Perlak. El director francés adapta en esta nueva película la famosa novela de Albert Camus, El extranjero, protagonizada por Benjamin Voisin y Rebecca Madder. Esta vez, Ozon se aleja un poco de su dirección tradicional para conseguir una realización muchísimo más artística. Es una película ambiciosa que logra lo que se propone: entrar en esta historia de la forma más exquisita posible a través de su dirección y el trabajo de los actores. Puede que a veces tenga problemas a nivel de ritmo, pero es un precio a pagar por un aspecto técnico tan sublime.

Franz, de Agnieszka Holland

Entramos en una de las películas que compiten por la Concha de Oro este año. Agnieszka Holland lucha por este premio con una de las cintas más peculiares de la edición: Franz Kafka, un pseudo biopic sobre el famoso escritor de libros como La metamorfosis o El castillo. Uno de los aspectos más positivos que se le puede achacar a este filme es que, desde luego, no es nada convencional en su forma a la hora de aproximarse a la historia del escritor. Aún con esas, Holland cae en todos los clichés de esta clase de cintas, intentando al mismo tiempo resultar novedosa y transgresora. Tristemente, no lo consigue ni por asome. Franz Kafka termina convirtiéndose en un relato irritante que no es salvable ni siquiera por su protagonista, Idan Weiss.

Sai: Disaster, de Yutaro Seki y Kentaro Hirase

Una de las propuestas más pintorescas de la sección oficial de San Sebastián de este año es, ni más ni menos, que el montaje de una famosa miniserie japonesa. Con esta introducción llegamos a Sai: Disaster, dirigida por Yutaro Seki y Kentaro Hirase. Cuatro personas viven una vida aparentemente normal, sin saber que en ellas se encuentra una figura de lo más oscura que les acecha. En el apartado de dirección, la película funciona sin grandes problemas, tardando en asentarse durante su primera hora. Eso sí, cuando la cinta comienza de verdad, es todo un soplo de aire fresco para la sección oficial, incluso siendo pretenciosa en ciertos momentos del filme. ¿Lo peor? Su caótica estructura narrativa que no ayuda en absoluto a que el espectador consiga conectar con la historia y entrar de lleno en ella.

Couture, de Alice Winocour

Angelina Jolie ha revolucionado Donosti con su aparición en este Festival de San Sebastián. Su llegada ha venido de la mano de su nueva película, Couture, dirigida por Alice Winocour en la que comparte reparto con intérpretes como Louis Garrel o Ella Rumpf. La directora francesa retrata en esta cinta diferentes historias femeninas enmarcadas dentro de un desfile de moda. Winocour retrata de forma torpe algunas de estas tramas, cayendo en topicazos vistos mil veces en el cine de esta índole. Incluso con eso, su trabajo al mando de la dirección resulta vistoso y elegante, acompañado de unas interpretaciones notables que, sin resultar fascinantes, hacen avanzar la película. Probablemente su guion y su forma de concluir ciertas tramas sea lo que más lacra al filme, pero eso no quita que sea una obra notable.

Belén, de Dolores Fonzi

Una de las sorpresas de este Donostia Zinemaldia llega de la mano de Dolores Fonzi. La directora argentina, que ya sorprendió al público de la pasada edición con su ópera prima, Blondi, vuelve a San Sebastián con su segunda película: Belén, la historia de una mujer que es encarcelada injustamente por un aborto espontáneo y como su abogada intenta sacarla de la cárcel. Fonzi retrata de forma excepcional (aunque algo panfletaria) esta lucha por la liberación de Belén, aunando dos conceptos tan antagónicos como la comedia y la crítica social, apoyándose en una historia real como esta. Es una cinta divertida que te pone la piel de gallina en los momentos más indicados, entretenida y que deja con ganas de más. Todo liderado por un reparto femenino que funciona como un reloj.

Las corrientes, de Milagros Mumenthaler

Milagros Mumenthaler pertenece a esta nueva corriente de directoras latinas volcadas en contar diferentes historias femeninas. Las corrientes es una de estas cintas. La nueva creación de esta realizadora argentina nos lleva a hablar de los problemas más domésticos de una mujer, protagonizada por Isabel Aimé González Sola, que se siente triste y deprimida en su situación familiar. La cinta ofrece un acercamiento delicado y sensible hacia este personaje, hablando y centrándose en sus problemas y carencias. Esa es su mayor ventaja, pero no es oro todo lo que reluce. Las corrientes tiene problemas de ritmo durante todo su metraje, e incluso de una ambición desmedida en cuanto a técnica se refiere. Tiene acercamientos innovadores que no terminan de funcionar, pero eso no empaña su calidad a nivel de historia familiar.

La voz de Hind, de Kaouther Ben Haria

Y llegamos a una de las grandes esperadas del año. Tras su paso triunfal por el último Festival de Venecia, llevándose el Premio del Jurado, Kaouther Ben Haria llega con la película que más va a remover los estómagos del público: La voz de Hind, la historia real de cómo los equipos de emergencia en Gaza intentaron salvar a una niña de 5 años tras un atentado en la ciudad perteneciente a Palestina. Sí que es verdad que la cinta puede llegar a ser frívola y demasiado artificial en ciertos momentos, pero eso no aparta el objetivo real de la cinta: hacer oir al pueblo palestino en su lucha contra Israel a través de los relatos reales de víctimas del conflicto. Y eso La voz de Hind lo consigue con creces. Un nudo en la garganta durante los 89 minutos que dura la cinta. No es apta para los más sensibles esta devastadora historia que juega entre la realidad y la ficción durante todo su metraje

Bugonia, de Yorgos Lanthimos

Yorgos Lanthimos es otro de los directores más importantes del panorama cinematográfico actual. Tras hacer doblete el año pasado con Pobres criaturas y Kinds of Kindness, el realizador griego vuelve a nuestras pantallas con Bugonia, adaptación de una película coreana en la que dos hombres, enajenados ante la cantidad de fake news y teorías de conspiración que existen, deciden secuestrar a una mujer, una business woman de manual, porque creen que puede ser una alienígena. ¿Puede ser que estemos ante una de las mejores películas de Lanthimos? Bugonia resulta ser toda una sorpresa tras el descalabro que fue su anterior filme, rodando una cinta llena de humor, momentos sorprendentes, drama e incluso gore. Una mezcla de géneros protagonizada por un trío fantástico formado por Jesse Plemons, Emma Stone y Aidan Delbis. Puede ser que termine pasándose de rosca en su tramo final, pero eso no quita que resulte ser una crítica contra el negacionismo de lo más divertida.

Un fantasma en la batalla, de Agustín Díaz Yanes

Finiquitamos este tramo medio del Festival de San Sebastián con sí, contra todo pronóstico, una nueva película sobre el conflicto vasco. Tras el triunfo de La infiltrada en los Goya del año pasado, Agustín Díaz Yanes se embarca en una historia que recuerda mucho a la que protagonizó Carolina Yuste. Un fantasma en la batalla se dedica mucho más a hablar sobre los diferentes atentados que realizó ETA durante los años 90 y 2000 en España, aunando imágenes de archivo reales con la historia pseudo ficcionada, protagonizada por una Susana Abaitua fantástica en su ejecución. Un retrato sobre los años finales de la organización terrorista vasca que, con sus más y sus menos, resulta una cinta entretenida y que sabe jugar con la tensión en todo momento.