Hablamos con Marcus O. Rosenmüller director de la película que llega a las carteleras españolas el 3 de octubre tras su éxito en Alemania
Münter y el amor de Kandinsky, dirigida por el cineasta alemán Marcus O. Rosenmüller llega a las carteleras españolas el próximo 3 de octubre tras su éxito en Alemania. Una poderosa historia cargada de arte, deseo, traición, pasión y obsesión por retratar las emociones y la sensibilidad por vida centrada en la figura de Gabriele Münter, artista clave del expresionismo alemán y cofundadora, junto a Wassily Kandinsky, del legendario movimiento Der Blaue Reiter (El Jinete Azul).

Marcus O. Rosenmüller (Duisburgo, 1963) es director, guionista y productor, un cineasta que ha retratado a la perfección la vida de la pareja y su amor tanto por el arte como por los sentimientos.
El amor entre los seres humanos y el arte ¿fue una difícil elección para los protagonistas de la película sumergirse en ese abismo?
-En el caso de esta relación fue muy complicada para ellos porque tenían que tratar de separar su amor por la pintura y el arte como el de la propia relación privada que mantenían. Vivían las 24 horas las dos pasiones y no supieron dividir su amor de su pasión por el arte. Es absolutamente fascinante, aunque a la vez terminó siendo destructivo para los dos sobre todo teniendo en cuenta las influencias externas que había. Münter era muy intuitiva, pero Kandinsky era mucho más espiritual. Creo que ese choque de amor y pasión fue el detonante de que todo terminase como acabó.

La película permite una exploración del propio arte y esa lucha por las relaciones especiales
-El legado en cuanto al arte y lo que deja la historia es importante. El legendario movimiento Der Blaue Reiter ha significado muchísimo para el arte moderno, como se ha sabido mover a través de las formas abstractas. Era muy especial a partir de esas relaciones especiales entre todas las personas que formaban parte de esas emociones y toda la influencia en conjunto eso me parece muy importante como legado.
La fotografía de la película es un auténtico cuadro de arte en gran parte del metraje
-Fue la idea que queríamos hacer desde el principio. Transmitir a través de las imágenes como ellos vivían y sentían la vida. Hemos rodado en los lugares originales en los que se produjeron todos los sucesos de sus vidas. Era muy importante sentir el punto de vista de ellos. No hay ningún plano aéreo, ningún uso de dron porque queríamos sentir sus vidas y que el espectador lo sintiera.

Viendo las influencias externas a las que estaban sometidos los protagonistas ¿espera que la película sirva para romper ciertos techos?
-Sí. Cuando la productora me planteó la película sobre Münter me preguntó de si estaba seguro de hacerla porque la protagonista es una mujer y pensé que una directora sería mucho más importante que la hiciera. Lo pensé y le dije que sí porque consideré que podía aportar lo necesario para contar esta historia. Estamos viviendo un proceso en el que se ha avanzado mucho pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Espero que la película ayude en ese sentido.
Viendo el panorama global del mundo ¿qué cree que pintaría Kandinsky?
No es fácil responder a esa pregunta porque Kandinsky nunca se quedaba en pintar la vida real. Creo que proyectaría una impresión sobre la oscuridad total de lo que él sintiera. Quizás luces blancas como atisbo a la esperanza a pesar de la oscuridad que se observa en el mundo global.
