‘La Hermanastra Fea’: el macabro reverso de La Cenicienta

‘La Hermanastra Fea’: el macabro reverso de La Cenicienta

Este viernes 17 de octubre se estrena en cines de España La hermanastra fea (2025), ópera prima de la directora noruega Emilie Blichfeldt que explora los hipotéticos meandros del archiconocido cuento de La Cenicienta desde un negrísimo y escatológico humor que a más de uno dará náuseas.

El baile en que el príncipe del reino debe escoger esposa se acerca, y Elvira (Lea Myren) hará lo imposible por captar su atención mientras que todas las expectativas recaen sobre su bellísima hermanastra Agnes (Thea Sofie Loch Næss).

David Cronenberg ya entendía el cuerpo humano como un sistema maleable y, sobre todo, perfeccionable. Un lienzo que encierra tantas posibilidades como espacio abarque la imaginación. El año pasado Coralie Fargeat tomó las bases de la nueva carne del Cronenberg más puro para modernizarla en una película trascendente sobre los límites corporales y el concepto social de belleza. Si La sustancia trataba una problemática estructural de lo más contemporánea a través de la hipérbole estética, La hermanastra fea retrocede varios siglos para, en esencia, retratar el mismo conflicto mediante el puro humor escatológico, de manera que la observación comparativa de ambas obras hace patente la idea intemporal sobre la belleza, autopercepción y perfección femeninas en el contexto social, y tanto el cineasta canadiense mentado como las directoras modernas, comparten el elemento de la repulsión más explícita como conductor de su mensaje.

No hay que olvidar que se trata de una versión oscura del cuento popular sobre Cenicienta, que utiliza a la hermosa muchacha como espejo malicioso del que la protagónica hermanastra fea no puede apartar la vista, sumiéndose cada vez más en una degradación corporal, irónicamente en busca de la perfección al igual que en La sustancia, que destruye progresivamente su físico y su intelecto. Además, todo se vuelve más brusco debido a la época en que transcurre la acción, ya que los cuestionables métodos que se utilizan -reformar nariz a martillazos, tragar tenia para adelgazar, etc.- son de lo más rudimentarios y por ello aún más desagradables. Esta metodología y los delirios de sus personajes, conforman un envés del cuento que se vuelve aún más cínico cuando deja ver su otra cara, en esas idílicas imágenes bañadas en rosa y música de ensueño de las imaginaciones de su protagonista cabalgando junto a su príncipe azul, pues se vuelven contrapunto de lo que suele ser un relato tradicional sobre princesas.

La hermanastra fea es por tanto una película con dirección solvente en la que su directora apunta maneras, con personajes despreciables uno tras otro y una atmósfera ominosa al tiempo que cruelmente divertida para el espectador, pues combina un body horror muy ingenioso con la comedia que surge del ridículo general de la empresa de su protagonista. No es terror al uso, humor y repulsión priman, para bien o para mal dependiendo las exigencias personales de quien la vea. Eso sí, creo que peca de cierta monotonía en el desarrollo de su argumento, en el sentido de que todo se dispone para ensalzar las -no tantas- secuencias grotescas del filme y los intermedios no resultan tan importantes o interesantes como deberían, haciendo que llegue un punto en que la fórmula pueda resultar algo repetitiva. Si me permitís un consejo para acabar: no veáis la película comiendo.