'Tierra Palestina: Cambio Global': Un grito de esperanza

'Tierra Palestina: Cambio Global': Un grito de esperanza

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Hay documentales que no se ven, se sienten, y “Tierra Palestina: Cambio Global” pertenece a esa categoría. Una obra que exige mirar sin parpadear, no porque busque provocar, sino porque sabe que el silencio, como la indiferencia, también daña.

Dirigido con mirada coral y espíritu humanista, este proyecto empieza como un viaje audiovisual por la vida cotidiana y la espiritualidad de Palestina que se transforma, con el paso de los años y las tragedias, en un testimonio urgente sobre la resistencia cultural, la identidad y la dignidad en medio del horror.

A través de una cantidad admirable de testimonios de familias, jóvenes, médicos, artistas y voluntarios, la película construye una narrativa múltiple donde cada historia funciona como una pieza de un mosaico mayor, la supervivencia. Las imágenes son duras, pero nunca gratuitas, no buscan el morbo, sino la empatía. En ese equilibrio, entre el dolor y la esperanza, reside la verdadera fuerza del documental.

El proceso de montaje es, en sí mismo, un acto de resistencia. Reunir las miles de imágenes que llegan desde distintos puntos, algunas grabadas por periodistas, otras por ciudadanos anónimos que arriesgan su vida para documentar lo que ocurre, es un trabajo enorme.

“Tierra Palestina: Cambio Global” no pretende ofrecer respuestas, su mérito es no caer en la propaganda ni en el fatalismo, celebra la cultura, la comida, la arquitectura, la música, como si cada detalle fuera una forma de decir nunca nos rendiremos. Más allá de los titulares, hay vidas entre el miedo y la esperanza, familias que reconstruyen sus casas una y otra vez, artistas que pintan sobre ruinas, niños separados de su infancia. No es una crónica de guerra, sino una radiografía de un país que sigue existiendo.