'Subsuelo': las cloacas del ser humano

'Subsuelo': las cloacas del ser humano

2’5 Butacas de 5

Tras La consagración de la primavera, Fernando Franco regresa a la dirección para entregarnos Subsuelo, un retrato peliagudo sobre las relaciones de poder. La película se centra en un oscuro sometimiento para explorar los márgenes de una humanidad cada vez más desvirtuada.

Eva y Fabián son dos hermanos mellizos a punto de cumplir la mayoría de edad. Una noche de verano se verán involucrados en un trágico accidente. Las circunstancias concretas son, sin embargo, opacas y tan sólo parecen conocerlas ambos hermanos y Mabel, su madre.

Subsuelo es una película incómoda. Una pieza que se acerca demasiado a la oscuridad del ser humano a través de sus sombras. De nuevo, Fernando Franco se interesa por las relaciones que van más allá del consentimiento, utilizando a una protagonista atenazada por el trauma y maniatada por los babosos tentáculos de un hermano que la instrumentaliza y una madre que calla.

En Subsuelo todo es frío, el espectador no tiene nada a lo que agarrarse. Fernando Franco se deshace de la luminosidad y el optimismo de La consagración de la primavera para componer una obra compleja e irregular. Precisamente, es la frialdad lo que más juega en su conta, con personajes condenados a un destino marcado desde el minuto uno y unas situaciones incómodas que no hacen más que evidenciar la falta de fuerza dramática del relato.

Subsuelo es una abyección, una película que muestra sin pudor lo indecente y que, sin aparente justificación dramática, vaga por las miserias de una mente oscura y retorcida. Sin duda, esta no es una película para todos los públicos.