'SISU: Camino a la venganza': uno de los entretenimientos más gamberros y divertidos del año

'SISU: Camino a la venganza': uno de los entretenimientos más gamberros y divertidos del año

4’5 Butacas de 5

Sisu aterrizó en nuestras pantallas hace tres años con un gran precedente: el hecho de haber ganado el premio a Mejor Película en el Festival de Sitges, algo a lo que su director debe estar acostumbrado, pues ya lo había obtenido anteriormente con su película Rare Exports. Y no es para menos… Sisu era un western de acción plagado de un humor negro acertadísimo, un John Wick finlandés que te hacía pasar un buen rato durante su hora y media de duración y que, a medida que avanzaba, abrazaba su condición casi de “cómic”.

Pues bien, tres años después, los mismos creadores nos regalan una segunda entrega que toma como ejemplo el dicho de toda secuela que se precie: “más y mejor”. Y desde luego, no es que funcione como un tiro, sino que supera en diversión y entretenimiento a su predecesora.

Al regresar a la casa donde su familia fue brutalmente asesinada durante la guerra, «el hombre que se niega a morir» (Jorma Tommila) la desmantela, la carga en un camión y se propone reconstruirla en un lugar seguro en honor a ellos. Cuando el comandante del Ejército Rojo que mató a su familia (Stephen Lang) regresa empeñado en terminar el trabajo, se produce una implacable y espectacular persecución a través del país: una lucha a muerte llena de escenas de acción increíbles e ingeniosas.

Sisu: Camino a la venganza (pues así se llama esta segunda entrega) apenas pierde el tiempo. El filme sabe que la presentación de su personaje principal ya la tuvimos en la primera película, por lo que, una vez mostrado el nuevo conflicto (el pasado familiar), la cinta ya no se detiene. La amalgama de escenas de acción que la pueblan se suceden una tras otra, con un ritmo endiablado y un énfasis en hacer pasar un buen rato al espectador, que, a la media hora, está completamente entregado. Sobre todo, porque, si en la primera era consciente de su carácter divertido —aunque algo más disimulado—, aquí ya ni le hace falta: quiere ser divertida y lo más loca posible.

Esto último, precisamente, puede que a muchos espectadores les chirríe o los aleje de la película, pero quien acepte lo que su director, Jalmari Helander, ofrece, sin duda pasará una hora y media entretenidísima y sin prejuicios, y con una falta de pretensiones que se agradece sobremanera. Además, las escenas de acción están muy bien construidas (mejor que en su predecesora), se nota un presupuesto mayor y resultan mucho más divertidas y más locas (y, por supuesto, más violentas… spoiler: es bastante gore).

Destaca, por supuesto, su protagonista Jorma Tommila, de una presencia tremenda, y la incorporación de Stephen Lang, pues ambos derrochan carisma por todos sus poros.

Por tanto, Sisu: Camino a la venganza ofrece lo que toda secuela debería tener: más y mejor. Y, en este caso, no es solo que me haya parecido más desprejuiciada que su primera entrega, sino que, además, me ha parecido uno de los mejores entretenimientos del año y uno de los más sanos y divertidos… que no es poco.