3’5 Butacas de 5

Han pasado más de veinte años desde que esos pantalones cuadrados pisaron la pantalla grande por primera vez. Desde entonces, las temporadas han seguido avanzando, llegaron spin offs y live actions, nuevos personajes se sumaron a Fondo de Bikini e incluso apareció una obra de teatro. Sin embargo, nada había estado a la altura de aquella primera aventura que obligaba a nuestro querido amigo amarillo a salir de su zona de confort y descubrir lo que significa ser un héroe, hasta ahora. Porque sí, en esta nueva entrega, y con un estilo de animación distinto, buscan replicar la misma fórmula de éxito.

¿Y por qué repetirla? Porque la trama es prácticamente la misma. En esta ocasión, Bob Esponja deberá viajar a las profundidades del océano para demostrarse a sí mismo que ya es un “tío grande”, un espadachín digno de enfrentarse a la más temida de las montañas rusas. Pero no será nada fácil, tendrá que enfrentar al temido pirata, Holandés Errante, que tiene intenciones ocultas con nuestra pequeña esponja. Aun así, Bob no estará solo, Patricio, el Señor Cangrejo y Gary lo acompañarán en estas pruebas casi mortales para ayudarle a salir victorioso.

Volvemos a tener chistes de doble sentido, como cuando lo llaman “sopla pompas”, animaciones con detalles exagerados y una banda sonora que intenta acercarse a lo que “soy un cacahuete” significó para toda una generación. Algunos chistes siguen siendo muy infantiles, pero al menos la película no trata a su público como tonto. Eso sí, teniendo en cuenta que ya existe una versión live action que llevaba la acción fuera del agua, aquí el tercer acto transcurre en Santa Mónica con una pantalla verde extremadamente exagerada. Los más pequeños quizá no lo noten, pero para nosotros es bastante molesto y se siente el recorte de presupuesto.

A pesar de todo, la magia y la picardía de la película original siguen ahí. Se echan de menos algunos personajes secundarios importantes, relegados casi sin diálogos para dar más protagonismo al Holandés Errante, al que en España dobla brillantemente Santiago Segura, aportándole un toque muy particular. Aunque no alcanza el impacto de la primera película, esta nueva aventura recupera parte del encanto que hizo grande a Bob Esponja, y cuando deja de intentar impresionar y simplemente se divierte, es cuando realmente funciona.

