2’5 Butacas de 5

Todos conocemos el clásico de culto que es Anaconda, todos sabemos lo majestuosamente regulera que es y lo entretenida que puede llegar a ser por momentos. Una película que solo podría haber existido en los 90s, con estrellas como Ice Cube y JLo, que solo pudieron haber brillado como lo hicieron en los 90s y unos efectos especiales y prácticos que sólo pueden explicarse si se toma en cuenta que salió en los 90s, para bien o para mal. Pues este remake/secuela espiritual/reboot/reimaginación es exactamente lo mismo y todo lo contrario a la vez. Una comedia con chistes meta que solo podrían existir en el 2025, con estrellas vagamente relevantes como lo son Paul Rudd y Jack Black en 2025, y con efectos especiales que solo podrían ser explicados tomando en cuenta que salió en 2025, más para mal que para bien.

Mientras que la original fue un intento de slasher de terror con algunos momentos realmente macabros y violentos, pero lo suficientemente auto-consciente como para no tomarse a sí misma tan en serio, esta nueva película toma una dirección directamente contraria, por momentos siendo una comedia absurdista que no se toma a sí misma para nada en serio, haciendo a un lado el terror casi por completo.
En esta ocasión seguiremos a Griff (Paul Rudd) y Doug (Jack Black), dos artistas fracasados en la industria del cine que prueban su suerte apostando todo para hacer un remake de Anaconda, viajando al Amazonas junto con otros dos compañeros de profesión y viejos amigos dispuestos a por fin grabar el proyecto de sus sueños y saltar a la fama y la gloria en Hollywood, quedando enredados (chiste completamente a propósito) no solo a merced de una anaconda cómicamente gigante, sino también de mercenarios e incluso abogados por infringir en leyes de propiedad intelectual.

Si esto te suena a todo menos a una película de Anaconda es porque lo es. El animal en sí no forma parte del 90% de la película, y no hablamos de una situación como la de Tiburón, donde el monstruo es ocultado tras ingeniosas tomas mostrando solo un poco o nada para generar tensión, sino que directamente el animal no existe en la trama, ni acecha a nuestros personajes, ni sirve como un antagonista durante la mayoría de la película. El grueso del guión está dedicado a nuestros personajes enredados (nuevamente completamente a propósito) en situaciones absurdas causadas por su falta de preparación para grabar un reboot de la película Anaconda.

Con esto en mente, para ser una comedia ¿qué tan graciosa es? Si bien entendemos que este tema es subjetivo, objetivamente podemos decir que la trama tarda demasiado tiempo en arrancar, la primera mitad de la película no solo no tiene nada que ver con una anaconda ni el Amazonas, sino que no es divertida, ni graciosa, ni entretenida.
Ahora bien, una vez subidos al bote y adentrados en la jungla más famosa del planeta, la película da un giro de 180 grados para convertirse en una serie de eventos tan descabellados que no te quedará más remedio que reír ante la absurdez que estás viendo en pantalla minuto tras minuto. Y aunque claramente es muy intencional, no alcanza como para justificar los más de 40 minutos de nada que tienes que aguantar para llegar a lo bueno.

