'Longa Noite': El franquismo no era sólo la foto de un tipo colgado en la pared

'Longa Noite': El franquismo no era sólo la foto de un tipo colgado en la pared

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Parece que el Franquismo no pasa de moda. El éxito de Mientras dure la guerra, la esperada mudanza del Valle de los Caídos, la reaparición de Tejero, el auge de Vox… Y ahora, tras sus estrenos en los festivales de Locarno y Sevilla, llega Longa noite, el film del cineasta gallego Eloy Enciso que explora el grisáceo paisaje de la posguerra franquista. A partir de un delicado collage de textos bien afilados por actores no profesionales, el film nos habla de una implacable realidad conectada tristemente con nuestro presente.

Las experiencias personales rompen en esta película el discurso oficial a partir de la historia de Anxo, un hombre que vuelve a su pueblo natal, en el rural gallego, tras la guerra, en un reencuentro con el rencor de ganadores y vencidos. La entrega de una carta le obligará a cruzar la frontera y adentrarse en la noche franquista. Los fantasmas que creían olvidados invaden el presente en esta película nocturna y sonámbula, que bebe de textos de figuras como Max Aub, Alfonso Sastre o Luis Seoane, y que busca en el pasado las claves para un presente en crisis.

Los personajes, si bien nos muestran un aire poético de una obra teatral, son un claro retrato de una España dividida: una viuda que no quiere recordar, un comerciante que emigra o un prisionero republicano que describe su calvario son algunos de los protagonistas que, sin temor a mirar a los ojos al espectador, declaran, gritan, susurran y se ríen por un país desolado que muchos ya no pueden considerar su hogar.

Se trata de una película visualmente muy cuidada de ritmo pausado y realista. Si bien en su primera parte hace gala de un excesivo formalismo en forma de ensayo teatral, en su segunda y tercera parte hace gala de una lucidez emocional que roza el tenebrismo narrativo.

Esta película, si bien usa un tema tan manido para contar historias en nuestro país como el franquismo, lo explora a un nivel mucho más profundo del que se suele ver en la gran pantalla. La naturalidad, la crudeza, la humanidad y la pena se vuelven muy reales. Conceptos que toman forma humana y hablan al espectador de una manera tan incómoda como profunda. Desde el alcalde populista a los pobres que piden limosna en la Iglesia; desde el obrero que construye el cuartel, a la señora que dice que qué más da que gobiernen unos que otros.

Longa Noite es un film increíblemente humano que explora las brutales consecuencias de la Guerra Civil, para recordarnos que todavía no nos hemos librado de los fantasmas de nuestro pasado. Un escenario gris lleno de pena, rabia y miedo con un claro mensaje: hay que querer despertarse.