'Chicos Buenos': la película veraniega ideal para los padres, con espíritu joven y pocos prejuicios

'Chicos Buenos': la película veraniega ideal para los padres, con espíritu joven y pocos prejuicios

Valoración: 4 Butacas sobre 5

Recuerdo las visitas al videoclub en los años ochenta y noventa como un verdadero acontecimiento de los sábados, ya fuera con mi madre y mi hermana o en solitario, cuando fui más mayor.

¿Cuáles eran las razones? Podíamos alquilar una película que no habían echado en televisión todavía y ni por asomo habíamos ido a verla al cine (la economía familiar no estaba para tirar cohetes), era la excusa perfecta para una cena informal (menos trabajo para mi madre, una noche a la semana) y mi padre se podía unir a nosotros(trabajaba muchísimas horas entre semana y llegaba muy cansado a casa).

 

Nota(1): Los viernes por la noche tenían como protagonista indiscutible a “Un,Dos,Tres,responda otra vez” y era el único día que nos íbamos a la cama más tarde de lo habitual, entre las diez y las diez y media como muy tarde.

Os recuerdo que el programa empezaba a las nueve y media y no terminaba más tarde de las doce de la noche, un hecho impensable en la actualidad con los disparatados horarios de los canales de televisión.

 

No éramos muy exigentes, lo reconozco, por lo que vimos alguna que otra película decente y una larga lista de verdaderos bodrios para echar a correr sin mirar atrás. Como soy una buena persona y quiero evitar las pesadillas a los lectores potenciales de esta reseña, voy a enumerar a unas cuantas de las que disfruté: “Los Goonies”,” Una pandilla alucinante”, “Cuenta conmigo”, “Superman IV: En busca de la paz”, “Terminator 2: El día del juicio”, “Batman” y un largo etcétera.

 

Nota(2): Aclaro que los carteles del videoclub y las carátulas de las cintas de vídeo nos ayudaban a decidir, ni mucho menos sabíamos lo que íbamos a alquilar al entrar por la puerta del local.

 

 

Después de esta introducción os estaréis preguntando por qué he decidido entrar en este capítulo de mi vida y no he intentado relacionar “Chicos Buenos” con otros filmes de un corte similar de esos años. La razón es sencilla, sigue defendiendo el valor de la amistad para hacer frente al miedo a los cambios y a los problemas de “la vida cotidiana”, por muy exagerados que estén en determinados momentos para provocar las carcajadas del público. Además, si quitamos los teléfonos móviles e internet repiten una fórmula muy conocida y que sigue funcionando en la actualidad, a pesar del paso del tiempo. ¡Qué difíciles son las “cosas sencillas”!

 

Alabo el trabajo del trío protagonista (solamente conocía de antemano a Jacob Tremblay) por la química que hay entre ellos en todo momento, incluso en las situaciones más surrealistas, los golpes de humor presentes a lo largo del todo el metraje (las bromas sexuales no son de mal gusto y funcionan la mar de bien) y su ritmo, pues se pasa en un suspiro.

¿Algunos puntos negativos destacables? No, soy incapaz de encontrarlos por mucho que lo he intentado desde ayer al mediodía.

 

En definitiva, es la película veraniega ideal para los padres, con espíritu joven y pocos prejuicios, y los preadolescentes con ganas de pasarlo bien en una sala de cine.