'Gauguin en Tahití. Paraíso perdido': Anhelo por lo desconocido

'Gauguin en Tahití. Paraíso perdido': Anhelo por lo desconocido

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Con la voz hipnótica de Adriano Giannini (Vivere, Acuarela) nos adentramos en las profundidades de la turbulenta vida de Paul Gauguin. Usando algunos de sus cuadros más reconocidos como portales interdimensionales, viajamos en el tiempo en pos de esa idea que tanto defendía en su filosofía: la libertad y naturaleza del ser humano.

Aunque, bajo la acertada dirección de Claudio Poli (Hitler vs. Picasso), nos damos cuenta de todos (o un alto número) los detalles, tanto internos como externos que conformaban las creencias del pintor vanguardista. Desde su infancia en Perú hasta su muerte en Atuona (Polinesia Francesa), se nos revela una existencia más allá del arte o de su pasado y anhelos: activismo a favor de los indígenas polinesios o sus descendientes.

Conocedores de su obra, vida y pensamiento como Paule Lauden o David Haziot, comparten con nosotros sus conocimientos acerca de aquel hombre que decidió dejarlo todo en Francia por las páginas de un libro de viajes.

Sus amistades con otros pintores coetáneos como Bernard o Van Gogh le condujeron, como ocurría en ese tiempo de vanguardias, hacia un estilo artístico más personal que pudiera acercar más su concepción del mundo a quienes llegara su obra. Si a eso le añadimos esa chispa que surgió una vez pudo trabajar en Tahití, tenemos el resultado de unas obras limpias, luminosas, coloridas y sinceras; aquellas que nos muestra el documental, con las que nos hacen conectar íntimamente y comprender el mundo interno de Gauguin.

Con una narración suave y con fuerza a la vez, esta pieza audiovisual nos lleva de la mano y, a través de los recursos empleados por la historia de un artista que a día de hoy no ha perdido la frescura de sus obras. Hasta hoy nos sigue llegando el espíritu aventurero en pos de los medios sociales artísticos.