'Black Beach': Una lacra llamada ambición económica

'Black Beach': Una lacra llamada ambición económica

3 Butacas de 5

Nada se escapa de la corrupción, ni siquiera algunos lugares que entendemos como paraísos o que ignoramos cada día en las noticias. Carecer de conciencia es uno de nuestros mayores pecados capitales y lo ponemos de manifiesto cuando vemos en los telediarios la pobreza por la que atraviesan muchas de las zonas a nivel internacional e incluso con actos violentos.

Desde hace algún tiempo la corrupción ha sido otro de los actos que los seres humanos nos hemos acostumbrado a ver. Robos, estafas, testaferros, términos que nos suenan cada día que enchufamos la televisión y que incluso son usadas en acciones humanitarias bajo alguna dictadura actual.

Black Beach es el nuevo thriller español que se estrena el próximo mes de septiembre en las carteleras y que se ha presentado en el Festival de Málaga. Dirigido por Esteban Crespo y protagonizado por Raúl Arévalo y Candela Peña, la película narra como Carlos (Raúl Arévalo) un alto ejecutivo a punto de convertirse en socio de una gran empresa, tiene que hacer de intermediario en el secuestro de un ingeniero de una petrolera. Viajará hasta África, un lugar en el que colaboro como activista de una ONG en el pasado, y donde se reencontrará con elementos de aquella etapa.

Esteban Crespo dirige y escribe junto a David Moreno, un thriller vibrante que mantendrá al espectador en la butaca desde el principio. No solamente porque Raúl Arévalo está fantástico llevando todo el peso de la película, es que el largometraje no da tiempo al descanso. Con un buen desarrollo y una acción continua, el film posee todos los ingredientes que exige un producto como tal.

Acción, intriga y por supuesto el reencuentro con un pasado dramático, tres elementos que construyen una interesante propuesta con una crítica también mordaz a la corrupción de las grandes empresas. Al final no es todo como lo pintan y por mucho que queramos o pensemos que se puede confiar en ciertas personas, nadie está libre de sospecha.

A nivel técnico la película cumple perfectamente, se nota que Esteban Crespo ha bebido del género además de que disfruta de una historia que sirve como entretenimiento para cualquiera que se siente a disfrutarla a pesar de algunos problemas.

No todo evidentemente en Black Beach es perfecto. He encontrado algunos problemas a la hora de visionarla en cuanto a la ambición de su guion, donde quizás el tratamiento de algunos elementos en ella deberían de haber sido tratados con más pausa, menos cantidad de acontecimientos y sí más profundidad de los más destacados y en personajes secundarios.

Raúl Arévalo sigue demostrando el excelente actor que es, con una versatilidad que le convierte en uno de los grandes intérpretes españoles que hay actualmente. La dulzura de la siempre presente Candela Peña, una actriz que borda siempre cualquier aparición que tenga y que aquí es el hombro en el que se apoya el protagonista. Le hubiera hecho más justicia a su participación un enfoque con más profundidad en su historia para darle más importancia.

El largometraje además analiza desde su óptica las medias verdades que se nos cuentan. Cuando vemos muchas veces algunas noticias en televisión, no están narradas desde el lugar de los acontecimientos sino a través de los ojos del primer mundo por lo que toda la verdad siempre se queda atrapada en el sufrimiento de los más débiles.

Un thriller para recapacitar y dejarnos llevar por sus casi dos horas a través de los hombros de una potente historia y un Raúl Arévalo que capaz de todo.