'Titina': Aventura, humor, emotividad y dramatismo

'Titina': Aventura, humor, emotividad y dramatismo

3’5 Butacas de 5

Podemos decir que este verano está siendo bastante animado. Y es que, si hace unas semanas hablábamos de la llegada de la nueva película de Detective Conan a la cartelera española  y el pasado fin de semana se estrenaban la francesa El viaje de Ernest y Célestine y la rusa Vampiro al rescate, este fin de semana le ha llegado el turno a dos notables películas de animación: la japonesa Psycho-Pass:Providence y la noruega Titina, película basada en hechos reales que cuenta la historia de una expedición en dirigible hacia el Polo Norte en los años 20 por parte del explorador noruego Roald Amundsen, el aviador italiano Umberto Nobile y la perrita de este último que da nombre al título de la película que nos ocupa, una cinta, ganadora del premio de Excelencia en el Tokyo Anime Award, que construye su encanto sobre cuatro pilares tan sólidos como diversos: la aventura, el humor, el dramatismo y la emotividad. Estos elementos se entrelazan de manera magistral para ofrecer una experiencia cinematográfica que cautivará a audiencias de todas las edades. Porque no nos debemos llevar a engaño: aunque su estética podría sugerir que es una obra predominantemente infantil, Titina rápidamente revela capas más profundas que la hacen igualmente (y podríamos decir que especialmente) atractiva para adultos. La película aborda temas y situaciones que resonarán con un público más maduro, lo que la convierte en una opción recomendable para audiencias de diferentes edades, algo que agradecer en un período tan históricamente polarizado como el estival.

Otro punto a favor de Titina, además de su apartado técnico y visual (la calidad de su animación es innegable; cada detalle está cuidadosamente elaborado, lo que contribuye a la inmersión en el mundo de la película por parte del respetable), es su inconformismo, pues no se contenta con ofrecer un producto de consumo rápido, sino que, a las distintas capas ya mencionadas, se añade la interesante propuesta de combinar animación con imagen real, algo que hemos visto recientemente en la sorprendente Aurora´s sunrise (disponible en Filmin hasta el 24 de agosto), en este caso incorporando documentales del hecho retratado para enriquecer la narrativa y recordarnos en todo momento que lo que se nos está contando, dejando a un lado ciertas licencias, está basado en acontecimientos verídicos, unos acontecimientos narrados de manera tierna y original por el cánido que da nombre al film. Y no es que Titina sea un perro parlanchín como los que hemos visto en multitud de películas de animación; no es su lengua la que habla, sino su mirada la que, siendo voz activa en algunas ocasiones y testigo pasivo en otras, siempre sirve como motor narrativo, lo que hará que los infantes que se acerquen a esta obra conecten con una historia que si hubiese prescindido de este personaje, hubiera quedado demasiado adulta.

En definitiva, Titina es una película que equilibra inteligentemente elementos de humor, aventura, dramatismo y emotividad y que combina de manera efectiva y didáctica la animación con material de archivo. Además, con su particular perspectiva narrativa, logra conectar con una audiencia amplia; a pesar de su apariencia, la película trasciende las expectativas infantiles y ofrece una experiencia conmovedora y reflexiva con una exquisita animación que respalda su cautivadora historia.